Llamarle juego, ¿no es limitarle injuriosamente? ¿No es también una ciencia, un arte algo sutil que está suspendido entre uno y otro jugador?
El ajedrez,
como metáfora de la vida, ha inspirado la literatura y el arte a lo largo de
los siglos...
-como probaros espero-,
Mas que un difuso tablero
de complicados ajedrez.
Los cuadros blancos: los días
los cuadros negros: las noches...
Y ante el tablero, el destino
acciona allí con los hombres,
como con piezas que mueven
a su capricho sin orden...
Y uno tras otro al estuche
Van. De la nada sin nombre
Omar Khayyám
Desde que el
juego se hizo popular en occidente a partir del siglo XV, fueron numerosos los
pintores que introdujeron un tablero de ajedrez en sus lienzos. Sofonisba de
Anguissola , pintora de cámara de Felipe II , retrata a tres de sus
hermanas(Europa, Lucía y Minerva) jugando al ajedrez ,vigiladas por su
aya.
Otro ejemplo de simbolismo del ajedrez en la pintura lo encontramos oculto en éste pequeño óleo sobre tabla.Aparentemente es un cuadro costumbrista al uso, en él aparecen retratados el padre del pintor, Benjamin Eakins, de pie mirando como juegan Bertrand Gardel, un viejo profesor de francés(idquierda) y George Holmes, un jóven pintor. Si nos fijamos un poco más vemos que la partida está muy avanzada, Holmes parece estar ganando, faltan ya muchas piezas,su reina negra está en el centro del tablero y la reina de su adversario ha caído.
El pintor se sitúa fuera del cuadro frente a su padre, que aparece en el centro de la composición, con el punto de fuga tras su cabeza. Parece querer ocultar su personalidad tras la de su padre, firmando el cuadro en el cajón de la mesa con estas palabras:"el hijo de Benjamin Eakins pintó este cuadro en 1876" .Pero a la vez , la crítica atribuye al tablero un significado oculto, el cuadro representaría el conflicto psicológico entre padre e hijo , no siendo casual que el cuadro esté pintado sobre tabla y no sobre lienzo, ni que el joven pintor esté venciendo al viejo profesor o que el rostro del padre esté oscurecido por las sombras ...
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Sofonisba de Anguissola. La partida de ajedrez(1555, Colección Radzinsky, Poznana)
El juego de miradas entre las mujeres recorre en zig zag el lienzo,como las piezas en el tablero de ajedrez, notamos la complicidad entre ellas, vamos de la mirada del aya, arriba a la izquierda hacia la hermana pequeña, que a su vez mira a la mediana y ésta a la hermana mayor, que a su vez nos mira y mira a su hermana Sofonisba, la pintora, que las pinta desde el mismo lugar en el que nosotros, como espectadores, participamos también de la escena...vemos al fondo el jardín de columnas y enredaderas,más allá ,el río y la ciudad tras la bruma y en primer plano el tablero de ajedrez. Aquí, el juego es símbolo del cultivo de la inteligencia y de la cultura por parte de las mujeres retratadas en el contexto de la clase alta renacentista italiana.
Thomas Eakins."los jugadores de ajedrez.1876
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El pintor se sitúa fuera del cuadro frente a su padre, que aparece en el centro de la composición, con el punto de fuga tras su cabeza. Parece querer ocultar su personalidad tras la de su padre, firmando el cuadro en el cajón de la mesa con estas palabras:"el hijo de Benjamin Eakins pintó este cuadro en 1876" .Pero a la vez , la crítica atribuye al tablero un significado oculto, el cuadro representaría el conflicto psicológico entre padre e hijo , no siendo casual que el cuadro esté pintado sobre tabla y no sobre lienzo, ni que el joven pintor esté venciendo al viejo profesor o que el rostro del padre esté oscurecido por las sombras ...
Jorge Luis Borges, dedicó un poema al ajedrez, los primeros versos me recuerdan el cuadro de Daumier....
En su grave rincón, los jugadores rigen las lentas piezas.
El tablero los demora hasta el alba en su severo ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores las formas: torre homérica, ligero caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
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Esta foto de Duchamp jugando al ajedrez en una de sus exposiciones podría ilustrar un poema de Evelyn de Morgan en el
que el ajedrez es metáfora de la relación amorosa...
Porque éramos amigos y a ratos, nos
amábamos;
amábamos;
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.
Pusimos un tablero enfrente
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.
Aprendimos las reglas, les juramos
respeto
y empezó la partida.
Henos aquí hace un siglo, sentados,
meditando encarnizadamente
como dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al
otro.
Otros pintores que plasmaron en el lienzo su visión del juego fueron Kandisky,
Klee o Braque. Cubismo y el Surrealismo
la dualidad de blanco y negro ingresó en el psicoanálisis y desde ahí pasó a la
guerra, pues no hay nada más combativo que el duelo de mentes separadas por
una mesa y un cuadrado matemático. Lo corroboró Ingmar Bergman en 'El
séptimo sello' y se ratificó en el uso rutinario. Con Duchamp y sus seguidores
el ajedrez abandona su diseño clásico y se modula desde opciones variopintas
que vetan la monotonía.
Recomiendo varias novelas con el tema del ajedrez como parte esencial de la trama: "El ocho" el trepidante y exitoso thriller en el que los protagonistas deben reunir las piezas del legendario ajedrez de Carlomagno y su continuación "El fuego", los dos de Katherine Neville .También recomiendo las novelas de Arturo Pérez Reverte "La Tabla de Flandes"cuyos temas de fondo son el arte y el ajedrez y "el Tango de la Guardia Vieja", esta última no es estrictamente de ajedrez, pero uno de los protagonistas es ajedrecista y parte de la acción sucede durante un campeonato de ajedrez .
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