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miércoles, 15 de noviembre de 2017

Tàpies: el cuerpo fragmentado

“Pienso que una obra de arte debería dejar perplejo al espectador, hacerle meditar sobre el sentido de la vida”.[ A.Tàpies



Antoni Tàpies. Cabeza, brazos ,piernas ,cuerpo

La Fundació Antoni Tàpies,en Barcelona,expuso 64 obras realizadas en los últimos trece años por el  fallecido artista y centradas en el cuerpo como hilo conductor de la exposición. Obras  procedentes de la colección particular de la familia Tàpies,así como de coleccionistas particulares de Europa y Estados Unidos y de los galeristas del artista en París, Londres o Nueva York ,lo que de por sí era una oportunidad única para contemplar obra que no está expuesta habitualmente.Pero además la propia forma de distribuir las obras a lo largo de las tres plantas del edificio, me pareció una experiencia diferente, porque parte de las obras estaban de pie en el espacio principal, posibibilitando el moverse alrededor,detrás,al lado de cada obra,ser conscientes de  su materia, su peso,involucrándonos en la observación , la intención de esta forma de colocar la obra  , según los organizadores era, que veamos, pero también hacernos tomar consciencia de que sólo podemos mirar si la totalidad de nuestro cuerpo, de nuestra memoria, participa en esta mirada“.
En otra de las salas, el ambiente en penumbra invitaba al espectador a acercarse a los dibujos, concentrar la mirada inclinarse sobre las representaciones de cuerpos fragmentados.
Así que esta pobre crónica puede servir para acercar aunque sea virtualmente esta muestra a quienes no pudieron estar.


Algo parecido, salvando las distancias, sucedía a quien se acercaba  a visitar el taller del artista donde al entrar, uno se encontraba con cientos de obras acumuladas obligando al visitante a sentir el peso de la obra, su estatura, que muchas veces lo superaba, o contemplar representaciones de cuerpos decapitados, desmembrados. Allí, una cabeza cortada, aislada. Más allá, otro fragmento, tan sólo un busto, o un bajo vientre. La percepción de la visita resultaba similar a la que se puede sentir cuando se visita al Partenón de Atenas, y se circula entre aquella multitud fragmentaria, densa, de otro tiempo.



La muestra nos propone profundizar sobre la temática del cuerpo en Tàpies.Si este tema fue siempre recurrente ya desde el principio  de su producción artística ,debido a la enfermedad sufrida en su juventud ,esta exposición con obras realizadas, cuando el artista ya había cumplido setenta y cinco y hasta que hizo ochenta y ocho, presentan con más dramatismo y crudeza los sentimientos de un artista cuyo cuerpo envejece,  sufre las enfermedades y limitaciones del paso del tiempo,pero no resta la vehemencia y ganas de crear.

Las gamas de colores austeros, ocres,marrones, grises, negros ,acordes con el mundo interior del artista, fragmentos de cabezas, piernas, brazos, torsos con los que se  impacta y cuestiona al espectador,los símbolos habituales 
las cruces,  letras,  frases, que en Tàpies evocan la vida y la muerte, la soledad, la incomunicación o la sexualidad,en estas últimas obras,se muestran con especial intensidad.


Cuerpos derribados,sin rostro y en su lugar una X, la incógnita, rostros fantasmagóricos, zonas o fragmentos y en grandes formatos  de aquellas partes del cuerpo que normalmente escondemos...muestran el interés del artista por la
concentración ,la contemplación del detalle,pero también su preocupación por el dolor, según  sus palabras en el libro de Manuel J. Borja-Villel, "El tatuaje y el cuerpo. Conversación con Antoni Tàpies(...),  En general, concentrarse durante un cierto tiempo en un detalle puede favorecer la contemplación profunda. Esto también se consigue ampliando el espesor de las cosas pequeñas. El tiempo aquí es sustituido por el choque de las dimensiones. Mi interés por lo fragmentario y por lo que es expansivo corresponde, pues, a un mismo fenómeno. Y yo creo que hay otras motivaciones: un cuerpo mutilado, unos brazos cortados, por ejemplo, permiten mostrar el dolor y la impotencia como una manera de combatir este mismo dolor."




Para quien no haya estado nunca en la Fundación, aconsejo ir, tiene el aliciente añadido de admirar un edificio singular del modernismo catalán, del arquitecto Montaner,husmear los magníficos ejemplares que atesora su  biblioteca
 solo delibros de arte, o  detenerse en la polémica escultura instalada en la terraza de un calcetín con el que Tápies quería representar  la importancia de las cosas  pequeñas, en sus propias palabras “un humilde calcetín en cuyo interior se propone la meditación y con el que quiero representar la importancia en el orden cósmico de las cosas pequeñas”.
Al terminar la visita yo recomiendo ir a la cercana  Rambla de Catalunya, y emular a Scarlett Johansson y Woody Allen,
reponiendo fuerzas en " El Taller de Tapas"... recomiendo la tapa de ensaladilla rusa,la de boquerones en vinagre,la de espárragos, tentador es también  el arroz caldoso con bogavante y el cordero del Pirineo asado con romero y tomillo, y  terminar con una copa de Cava,¡ final perfecto de una mañana en Barcelona inolvidable!.


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